Para aquellos que se preocupan por cada detalle de las bicicletas y estudian cada etapa para obtener la mejor aproximación a las nuevas máquinas, la nueva Dogma2 se transformará en su objeto de deseo particular para la próxima temporada. Las pruebas contrarreloj quedarán reservadas al modelo Graal, cuyo diseño en la extrema lucha contra el cronómetro ya se ha demostrado.
Las características de la Dogma se reducen en la idea de reconciliar
la rigidez con la menor resistencia aerodinámica. Ése fue el principal
objetivo a la hora de estudiar la evolución de diseño que debía seguir la nueva
Dogma, un logro conseguido gracias a la
investigación por Computación de Dinámica de Fluidos, con el trabajo de los
sistemas de software exclusivos de los laboratorios Pinarello. En ese aspecto,
muchos pequeños detalles de la bicicleta han sufrido una revolución, aspectos
que hacen del cuadro Dogma2 un modelo a seguir para los próximos años.
Comenzando con la evolución de la horquilla Onda FPX y su reducción en los brazos,
que mejora el paso del flujo de aire, y
una "cola" trasera que elimina turbulencias en la zona de unión,
ofrecen ambas una circulación aerodinámica más regular en la parte exterior,
compensando la rigidez natural, gracias a un nuevo y mejorado recubrimiento de
carbono.
La
rigidez frontal está apoyada en una nueva serie de cabezas cónicas, cuyo tamaño
pasa de 1" 1/8 - 1" ¼ a 1” 1/ 8 – 1” ½.
A fin de poder acomodar esta nueva configuración, la “nariz” ha aumentado en
tamaño un 6%, pero gracias a una mejor provisión efectiva de los brazos en los
caños horizontales y verticales, que han sido unidos, es posible mejorar la potencia de frenado en un 19%, reduciendo al mismo tiempo el impacto
aerodinámico en un 10%.
El
concepto de asimetría se ha demostrado exitoso y por ello se ha realizado un enorme
esfuerzo en el caño horizontal para inclinarlo hacia la derecha
-los más detallistas notarán que el tubo del lado derecho es continuo, mientras
que cae mucho antes en el lado izquierdo-. Una
asimetría mucho más pronunciada, que paradójicamente conduce a un aumento en la
simetría de pedaleo de un 6%.
Se han realizado también
importantes cambios en la parte trasera del cuadro, con reducciones en algunos caños
y un aumento en la estratificación de la fibra de carbono. El estudio
concienzudo en la distribución interna
de cables, un aspecto susceptible de producir "ruido" desde el
punto de vista aerodinámico, ha permitido mejorar el impacto en un 2%. Una guía de cable retráctil ha sido situada
en la horquilla trasera, completamente integrada en el cuadro así como en
los puntos de entrada y salida. Para
aquellos que utilicen cambio electrónico, la batería queda totalmente pegada al
cuadro, el cableado queda insertado en el interior y con todo ello se evita
el uso de abrazaderas adicionales.
Todas estas modificaciones suponen un cambio drástico
en la Dogma2: a pesar del aumento de
peso en varias secciones del nuevo cuadro, la talla 54 pierde 30 gramos en
comparación con la anterior bici Dogma 60.1, dejando el cuadro en sólo 920
gramos. Por otro lado, el impacto
aerodinámico en la zona frontal (horquilla y caño frontal) del cuadro
Dogma2 se han visto reducidos en un 6%
en comparación con la misma zona en el cuadro Dogma 60.1.
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